Los fertilizantes para cáñamo son fundamentales para ofrecer a las plantas de cáñamo los nutrientes que necesitan para prosperar y obtener resultados óptimos. El abonado consiste en proporcionar nutrientes a las plantas con el fin de alimentarlas adecuadamente y permitir que realicen sus procesos naturales de manera efectiva. En general, las plantas de cáñamo absorben nutrientes principalmente a través de sus raíces, aunque también pueden hacerlo a través de la cutícula y los estomas de las hojas, aunque en menor medida.
¿Cómo abonar el cañamo?
Para abonar tus flores de cáñamo, existen tres opciones principales que pueden marcar la diferencia en el crecimiento y la calidad de tus plantas:
- Abonos o aditivos líquidos que se mezclan con el agua de riego.
- Abonos o aditivos en polvo que se mezclan con el sustrato o se espolvorean sobre la tierra.
- Abonos o aditivos líquidos que se diluyen en agua y se aplican mediante pulverización en las hojas (fertilización foliar).
Es importante tener en cuenta que cada planta es única y tiene necesidades nutricionales específicas. Por eso, es crucial elegir el tipo de abono adecuado para tus plantas y seguir las instrucciones de aplicación cuidadosamente para evitar el exceso o la deficiencia de nutrientes.
Tipos de nutrientes
Las plantas de cáñamo necesitan una correcta y balanceada alimentación para asegurar un desarrollo óptimo durante todo el ciclo de cultivo. Los macronutrientes, los componentes más abundantes, y los micronutrientes, los que se requieren en menores cantidades, son esenciales para el correcto funcionamiento metabólico de la planta.
Es posible clasificar los nutrientes en tres grupos según su importancia y proporción en la planta: los macronutrientes primarios como Carbono, Oxígeno, Hidrógeno, Nitrógeno, Fósforo y Potasio; los macronutrientes secundarios como Calcio, Magnesio y Azufre; y los micronutrientes como Hierro, Cobre, Manganeso, Zinc, Molibdeno, Boro, Cloro, Silicio y Sodio.
La proporción adecuada de estos elementos nutritivos, según la necesidad de la planta en cada fase de su ciclo de vida (enraizamiento, crecimiento y floración), es crucial para garantizar un rendimiento óptimo. Además, es importante tener en cuenta otros factores como el tamaño del contenedor, el estado del sustrato, el sistema radicular y las condiciones ambientales, para aplicar la cantidad adecuada de abono.
Qué nutrientes usar
En primer lugar, es importante adaptar tus compras a tu presupuesto, pero sin escatimar en la calidad de los abonos si te lo puedes permitir. Si buscas una producción con aromas originales y diversa, la mejor opción son los abonos orgánicos. Por otro lado, si buscas una nutrición económica y una producción alta, los abonos minerales son tu mejor opción, aunque puede que pierdas parte del sabor y aroma original de cada variedad. Si prefieres algo intermedio, los abonos bio-minerales son una buena opción.
Además, debes considerar el medio de cultivo o sustrato que vayas a utilizar, ya que no se abona de la misma forma un sustrato de coco que un cultivo en tierra o en cultivos hidropónicos o aeropónicos.
Es importante tener en cuenta que no todo lo orgánico es bueno ni todo lo mineral es malo. La procedencia de los componentes de un abono es fundamental, ya que no es lo mismo usar un compost o humus de zonas industriales o contaminadas que uno obtenido de zonas naturales poco explotadas. Del mismo modo, no es lo mismo la calidad de los minerales empleados para hacer medicamentos que los utilizados para la industria, que son menos refinados. Por ello, es fundamental considerar la composición y procedencia de los abonos.
Cuándo abonar tus plantas de cáñamo
Una distinción crucial en el cultivo de plantas de cáñamo es la diferencia entre regar y abonar. Mientras que regar se refiere simplemente a la hidratación de las plantas, el abonado implica la aportación de nutrientes esenciales. Es importante destacar que no siempre es necesario abonar, ya que en algunos casos, las plantas pueden requerir únicamente agua.
En cuanto a cuándo abonar las plantas de cáñamo, no existe una regla universal ya que cada cultivo es único y tiene sus propias necesidades. Factores como el tipo de sustrato, el tamaño de la maceta, las condiciones ambientales y el estado de las plantas son cruciales en la determinación del momento adecuado para el abonado.
En general, se recomienda aplicar dosis bajas de abono con mayor frecuencia en lugar de una dosis alta en una sola ocasión. De esta manera, se reduce el riesgo de exceso de nutrientes y se facilita la identificación y corrección de deficiencias. En conclusión, el abonado es un aspecto fundamental en el cultivo de plantas de cáñamo y requiere un enfoque personalizado y preciso para lograr un crecimiento saludable y próspero.
Abonado durante el enraizado
Una vez que la semilla ha germinado y la planta ha sido plantada, es esencial darle un impulso durante las primeras semanas de crecimiento para garantizar su desarrollo óptimo. Los estimulantes de raíces son la opción ideal para acelerar la formación del sistema radicular, aportando fito-hormonas y nutrientes que mejoran la salud general de la planta en su fase más delicada.
En cuanto al abono de crecimiento, es importante tener en cuenta el tipo de sustrato utilizado. Si se ha optado por un sustrato inerte, como el coco o la lana de roca, es necesario comenzar a utilizar el abono desde el inicio del cultivo. Por otro lado, si se ha elegido una tierra previamente abonada, es necesario informarse acerca de la cantidad de nutrientes que ya contiene antes de aplicar cualquier abono adicional.
Para el enraizado, se recomienda seguir la dosificación del fabricante para el abono de crecimiento, comenzando con un tercio de la cantidad durante las primeras semanas y aumentando gradualmente hasta alcanzar la dosificación recomendada en un plazo de dos semanas.
Abonado durante el crecimiento
Durante la fase de crecimiento de las plantas de cáñamo, su objetivo es crear nuevas raíces y expandirse en la zona aérea con sus tallos y hojas. Para lograrlo, los nutrientes son fundamentales, y el más demandado en esta etapa es el nitrógeno, seguido por el potasio y el fósforo.
La falta de nitrógeno es el problema más común durante la fase de crecimiento y se manifiesta en la planta como una pérdida de verdor en su apariencia general. Afortunadamente, se puede solucionar fácilmente con un fertilizante de crecimiento o un mononutriente de nitrógeno.
Es importante recordar que, a menos que el fabricante indique lo contrario, es recomendable comenzar con la dosificación mínima del fertilizante una vez por semana. Si la planta requiere más nutrientes (lo que se evidencia con una disminución del color verde general a un tono amarillento), se puede aumentar la frecuencia de aplicación, pero siempre sin exceder la dosis recomendada por el fabricante.
Un crecimiento rápido es una buena señal, pero también significa que la planta está absorbiendo muchos nutrientes y debe ser alimentada en consecuencia. Sin embargo, es importante estar atentos a la apariencia de la planta para evitar la sobrefertilización. Si el crecimiento se detiene, se debe reducir la cantidad de fertilizante de crecimiento y asegurarse de que el sustrato no esté demasiado húmedo.
Si las hojas de las plantas tienen un color verde demasiado oscuro, muestran amarillamiento en las puntas o se arrugan como garras, es una señal de sobrefertilización. En estos casos, es necesario lavar las raíces antes de volver a aplicar el fertilizante. Se puede hacer esto regando con tres litros de agua por cada litro de la capacidad de la maceta para eliminar las sales no deseadas.
Es importante tener en cuenta que tanto la falta como el exceso de nutrientes pueden afectar la producción posterior de la planta, pero corregir un exceso puede ser más complicado que solucionar una falta. Como siempre, la clave está en encontrar el equilibrio perfecto.
Abonado durante la floración
En la fase de floración de las flores CBD, es crucial prestar atención a la nutrición de las plantas, ya que los errores pueden tener un gran impacto en la calidad y cantidad de la cosecha. Durante esta etapa, es común encontrarse con dos errores principales: no usar suficiente abono, lo que puede resultar en una producción menor pero con un buen sabor, o excederse en el abono de floración, lo que afecta negativamente la calidad de la cosecha.
Además, en esta fase es más difícil identificar las carencias nutricionales, ya que puede darse el caso de que los nutrientes necesarios estén presentes en el sustrato, pero la planta no pueda absorberlos debido a un pH o EC incorrectos. Para evitar esto, se recomienda el uso de enzimas una vez por semana para mantener el sustrato equilibrado. También se aconseja comprobar la conductividad del sustrato mediante la EC del agua de drenaje. Si la EC del agua es superior a 2,5, es recomendable lavar las raíces o utilizar agua en los próximos riegos hasta que la EC del agua de drenaje disminuya.
Durante la fase de floración, las plantas de CBD necesitan más fósforo y potasio y menos nitrógeno. A partir de la segunda semana después del cambio de horas de luz, se puede comenzar a usar abono de floración según la dosis mínima recomendada por el fabricante. Es importante ir aumentando la cantidad de abono de forma gradual hasta la fase de maduración, donde se debe dejar de abonar y realizar el lavado de raíces. Es crucial no exceder la cantidad de abono recomendada por el fabricante.
Además del abono de floración base, existen estimulantes del metabolismo y de la floración como Power Root que pueden ayudar a maximizar el rendimiento de las plantas. Para obtener la máxima producción, se pueden usar engordadores o potenciadores del cogollo, como los de tipo PK que contienen fósforo y potasio en distintas concentraciones y proporciones según las necesidades del cultivo.
Abonado durante la maduración de los cogollos
Durante los últimos 7-10 días antes de la cosecha, se recomienda suspender el abono para asegurar que los cogollos contengan cantidades mínimas de nutrientes. Esto garantizará que la cáñamo tenga un sabor y aroma excepcionales, ya que los cogollos estarán madurando al igual que las frutas.
En caso de que hayas excedido la cantidad de abono, puede ser difícil reducir la intensidad del color de las plantas y permitirles metabolizar el exceso de nutrientes. Para remediar esta situación, se recomienda realizar uno o dos lavados de raíces 7-10 días antes de la cosecha, utilizando limpiadores especiales que faciliten la tarea. Durante este proceso, las hojas deberían mostrar un color verde amarillento y acabar amarillas del todo, aunque no todos los tipos de cáñamo pierden todo su color.
En los últimos días previos a la cosecha, es recomendable regar con pequeñas cantidades de agua y alternar periodos de sequía y humedad. Esto provocará un pequeño estrés en la planta que madurará su resina y reducirá su contenido de agua estructural. De esta manera, se obtendrán cogollos de mayor calidad y sabor excepcional. Recuerda que, en el proceso de cultivo de la cáñamo, cada detalle cuenta y puede marcar la diferencia en la calidad final del producto.
Consejos generales
Para evitar problemas, se recomienda usar agua de riego osmotizada o con baja concentración de sales. En caso de no ser posible, una solución puede ser agregar enzimas durante todo el cultivo si utilizas agua del grifo.
Otro factor importante a considerar es el pH y la EC del agua. Regular el pH y la EC después de hacer la mezcla y antes de regar es fundamental para asegurar que tus plantas absorban correctamente los nutrientes. Ajustar la acidez del agua y la concentración de sales puede marcar la diferencia en el crecimiento y desarrollo de tus plantas.
Finalmente, es importante ser precavido con la dosificación y frecuencia del abonado. Es mejor tratar una carencia que un exceso, por lo que te recomendamos ser cuidadoso en la dosificación y frecuencia del abonado. Con estos consejos, podrás asegurar un cultivo saludable y exitoso.
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